El hospital

Tras aproximadamente una hora, me desperté totalmente recuperado, ya que tenía la habilidad de que mis heridas sanasen rápidamente, Bella estaba a mi lado, y justo al despertarme le dí un abrazo y le dije:

- Gracias por quedarte conmigo, por cierto, donde estamos? - dije mirando a mi alrededor.

- Si tranquila, yo no puedo estar herido después de que pase una hora. ¿Como me encontraste?

- Fui a por él, a por mi hermano, pero era una trampa, me capturaron y me llevó a la puerta, quería que ambos entráramos. En un arrebato, le tiré hacia dentro, luche incansablemente ante sus criaturas. Conseguí hacerme con los cinco objetos, y los escondí por todo el mundo, para asegurarme que nadie mas los encontrara. Después volví aquí, para verte, y creo que el resto ya lo sabes.

- No, al menos espero que no, espero que sigas siendo mi compañera - le dije sonriendo - Yo te prometo mil aventuras, que serás siempre mi compañera, que dormiremos bajo la luna y el mismo cielo, te entregaré todo mi cariño y mi vida daré por ti.

- Claro que lo digo en serio - dije acercándome a ella - eres la única que me ha ayudado, y te aprecio bastante - mientras le digo esto acero mi mano a su cara, y con la mano cerrada le toco la cara - Voy a estar a tu lado para cuidarte, aunque no dudo que tu sola puedas, pero siempre viene bien estar acompañada. Tienes mi favor (FdR: favor en sentido de confianza)

- Viniste conmigo a una cueva alejada sin conocerme de nada, confiaste en mi varias veces, gracias a ti encontré el segundo objeto, y si no es por tia lo mejor no estoy diciéndote esto cuando entró en Deoth. Creo que eso es digno de confiar en ti, y de apreciarte. Así que me gustaría estar a tu lado para que nada ni nadie conspire contra ti.

Asentí con la cabeza, me senté en la cama del hospital, y pedí a Bella que se sentara a mi lado.

Introduje mi mano en mi bolsillo, y saque mi mano con el puño cerrado. Mientras le hablaba, abría mi mano.

- Acepta esto como regalo, es un colgante, bastante bello, me gustaría que lo tuvieses.

Abro la mano y se puede ver:

- Yo decidiré a quien regalar mis cosas, y quiero que este colgante lo tengas tu. Y no acepto un no por respuesta.

Mientras hablo me dispongo a ponérselo.

Sonreí mientras la miraba. Y amablemente le cogí la mano, mientras tanto le decía:

- Gracias por aceptarlo, cuando no esté, al menos tendrás algo mio. - Le di un beso en la mejilla y le dije - Voy a la pasada, vente si te place, te espero allí, o vienes conmigo?.